Balthali es una hermosa comunidad con unas vistas únicas e increíbles de las montañas.
Es famosa por ser un punto de peregrinación de hindúes y budistas que
se dirigen de camino hacia el Templo de Ladkeshwor Mahadev. Viene de la palabra BAL- que significa en la lengua local, puntos redondeados y de THALI- puntos llanos. Esta
excepcional aldea se encuentra situada en un excelente lugar de aislamiento y de
relajación en medio de un paisaje típico de Nepal con sus arrozales en
terrazas y casas de campo hechas de paja.
Estamos
situados sobre dos valles, uno a cada lado de nuestro hotelito, el
paisaje desde allí arriba es impresionante y se alcanza a ver todo el
skyline de los Himalayas centrales. Justo debajo tenemos varias aldeas
en las que la vida aún discurre como hace siglos, un río encañonado
donde juegan los monos y un camino que va cruzando zonas de cultivo y
pequeños enclaves. El amanecer es espectacular con unas vistas
increíbles de las montañas y empezamos la caminata descendiendo hasta la
población más cercana.
No llevábamos mucho tiempo caminando cuando nos vuelve a
ocurrir como en Panauti, uno de esos imprevistos que hay en el
viaje pero que luego al final resulta que se convierte en una gran
experiencia y en algo positivo. Pasábamos por unos huertos que hay en la
población cuando oímos unos cánticos rituales y vemos que están
haciendo una Puja (una celebración) por las cosechas, para dar
gracias y pedir el favor para la próxima y de repente nos quedamos
asombrados ya que nos invitan a participar como si fuéramos uno más. No
pasamos del asombro y siempre con respeto y educación vemos como se
desarrolla la ceremonia. Vemos como el Chamán ó sacerdote esta ofreciendo al fuego
de manera ritual y sistemática varios alimentos, arroz, flores, alcanfor, etc....
La hoguera
esta decorada con distintos colores y símbolos me imagino que para la
ocasión y toda la gente esta formando un círculo en torno a ella con
cánticos y oraciones. Me ofrecen un puñado de arroz que yo rechazo en un
primer momento, ya que no sabía que si por mi condición de extranjero y
de otra religión era lo correcto, pero tras la conversación con Eckhard y
Eva veo que sería una falta de educación y respeto y entonces si que no
dudo en aceptarlo y formar parte del mismo. A una indicación lanzamos
el arroz al fuego como el resto de personas, vemos a los músicos que
también había en dicho ritual que se encuentran en una carpa. Es
increíble el modo de aceptación que tenemos en la ceremonia
ofreciéndonos un té de jengibre y galletas, llegando al punto álgido
cuando nos ponen un collar de flores y en la frente la TIKA -es
un punto de color rojo coloreado en la parte central de la frente,
cerca de las cejas, lugar de la sabiduría o tercer ojo-, para la
bendición, posando todos en grupo para la fotografía. Es un momento que se
nos quedará grabado para siempre y muy emocionante.
FOTOS DEL GRUPO CON GUIRNALDAS DE FLORES Y TIKA TRAS LA PUJA
Tras esta increíble experiencia continuamos nuestro camino y vamos pasando por varias poblaciones eso si siempre subiendo poco a poco, rodeados de campos de arrozales y montes espectaculares. El tiempo es muy bueno y seguimos avanzando, teniendo a ambos lados los ríos, los cuales los cruzamos con los ya habituales puentes. Llegamos a un punto de nuestro destino que es el
Templo de Shiva que hay en una pequeña cueva junto a un río.
Vemos una pequeña cueva en donde en la entrada hay un pequeño
altar en donde además de las típicas guirnaldas de flores hay también estatuas de la divinidad que está
embadurnada con la típica y característica pintura roja y en primer plano varios
Shivalingas también tintados.
Kishor nos explica que es una cueva sagrada y que se realizan en ella varios rituales y sobre todo la gente viene en época de celebraciones para
rezar y pedir favores a la
Diosa. En esa cueva como da al río cercano, hay algunos compañeros que arrojan las
guirnaldas de flores que nos dieron en la
Puja a modo de un
ritual y vemos como poco a poco se las va llevando la corriente.
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Mujer llevando carga |
Seguimos nuestra ruta y naturalmente seguimos subiendo más y más, con una naturaleza desbordante
ya que la región es bastante boscosa. P
asamos a través de pequeñas aldeas agrícolas, donde se puede experimentar
el estilo de vida de la población local, junto con exuberantes bosques
verdes, templos antiguos y tierras de cultivo en terrazas, también vemos por los caminos a las mujeres con sus características vestimentas cargando enormes
fardos a cuestas y la gran resistencia que tienen. Siempre eso si con una gran simpatía y enorme hospitalidad.
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Granja local |
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Anciana en una aldea local |
Pasamos por varios
huertos, y también por otra escuela para llegar a un
mirador desde donde podemos ver
los picos nevados de monte Dorjee Lhakpa, y del Langtang y toda la cadena de montañas clara y brillante en el horizonte. No nos cansamos de mirar una y otra vez más las increíbles montañas que nos han acompañado y nos acompañaran durante todo el viaje.

A pesar de las largas caminatas y de las distintas
granjas y
aldeas que hemos visitado todavía nos queda día por delante y alguna que otra sorpresa más en el camino, ya que empezamos a descender y siempre con el río a nuestro lado. Seguimos bajando hasta que llegamos a una parte del río en donde hay unas pequeñas charcas y nos proponen si nos queremos dar un bañito después de tanto caminar y así de paso descansar un poquito y refrescarnos.
Sergio,
Jesús,
Oscar y
yo no lo dudamos y aunque no hayamos traído bañador la ropa nos servirá para tal propósito y nos metemos sin dudarlo. El agua está fría pero yo me creía que iba a estar mucho más pero nos viene de maravilla después del día que hemos tenido. El resto del grupo decide no meterse pero si que se refrescan los pies que también va a venir bien. Pasamos un momento agradable y a la vez divertido y tras un refrescante bañito nos secamos y nos volvemos a vestir para continuar con la caminata, eso si ya repuestos y descansados, para regresar a nuestro
resort para disfrutar de una estupenda comida y compartir los momentos que hemos vivido y compartido durante esta jornada.
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Baño en el río |

Creíamos que ya las sorpresas por hoy se habían terminado pero no, aún nos quedaba otra muy agradable, la cual le debemos de dar las gracias a Oscar. Después de una gran comida salio el tema de que Oscar nos podía dar una clase de
Hatha Yoga que después de una dura jornada para estirar y relajar el cuerpo vendría de maravilla, pues nada que no se hable más, Oscar accedió y fue también un momento para recordar dando la clase de
Yoga con vistas de un atardecer increíble y con el
Himalaya en el fondo....vamos para recordarlo. Cena y planning para el día y la jornada de mañana.
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Clase de Hatha Yoga en Balthali con Yogi Oscar y el grupo |
* Para la elaboración y desarrollo de este artículo se han tenido en cuenta los datos obtenidos a través de wikipedia, y las propias experiencias vividas durante el viaje. (Fotografías e ilustraciones originarias de Pedro García Barbudo) -excepto Fotos grupo en Puja, baño en el río y clase de Yoga-.
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