Pokhara es la tercera ciudad de
Nepal con
sus 200.000 habitantes, es un lugar único en el mundo ya que en ningún
otro lugar las montañas se levantan tan rápidamente, siendo una
localidad que sirve de base para todos los
senderistas y
montañeros que
acceden al
P.N. de los Annapurnas . Por lo que en sus calles vamos a poder encontrar multitud de tiendas dedicadas al
Trekking o al
montañismo ya que es referencia y descanso para muchos
caminantes. Con un preciso
lago navegable, el
Lago Phewa es impresionante y magnífico, ofreciéndote las vistas de las montañas
Manaslu,
Annapurna o
Macchapuchare "cola de pez", denominado así por su forma. Estampa típica y deseada por todos, de las inolvidables montañas y en donde vamos a poder disfrutar en numerosos cafés con terrazas que
hay en sus orillas, de un ambiente relajado, a pesar de estar
en plena montaña. Aquí las
comodidades occidentales se mezclan con las tradiciones y vidas
orientales donde a pesar del terreno y de la altitud, es casi imposible
no ser feliz. Después de un buen desayuno salimos de nuestro
Hotel Barahi para
visitar los lugares más emblemáticos de la ciudad, y como no podía ser
de otra forma, empezamos por su famoso e increíble
Lago Phewa.
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Templo- Pagoda- Tal Barahi |
Es el segundo más grande en
Nepal . El
Lago en sí es una gran atracción que atrae a aquellos que disfrutan de
los deportes acuáticos, vienen con sus familias o que simplemente
quieren observar el hermoso paisaje.
Tiene
unas vistas increíbles y hacemos un poco de cola, (a pesar de ser a
primera hora de la mañana ya hay gente), para montar en una
barquita, en
donde un
barquero, nos llevara por el
lago disfrutando de sus vistas,
sus aguas, y como no de las montañas que se perfilan al fondo. Hacemos
una primera parada en una
pequeña isla donde se encuentra la
Pagoda Barahi. Es
un pequeño templo
hindú de dos pisos estilo
Pagoda dedicado a la
deidad
Tal Barahi, y de la
Diosa Durga, protector de los
dioses. Es uno de
los sitios de peregrinación más famoso de
Nepal y muchos
hindúes vienen a
adorar a la
deidad.
Se encuentra en una pequeña isla en la sección sureste del Lago Phewa, por lo que la única forma de llegar al templo es en barco. El Templo es utilizado para la adoración tanto
por hindúes como por budistas. Vemos multitud de palomas y a pesar de
lo temprano que es hay multitud de personas y de niños que han venido con su familia o de excursión con el colegio. Observamos la habitual campana para las
oraciones, las figuras y efigies de los dioses que suelen estar también
embadurnadas con el pigmento rojo tradicional, las guirnaldas de flores,
y también numerosos puestos que venden desde comida hasta souvenirs para el recuerdo. Hay
un figura de Ganesh cerca del altar de la Pagoda.
Tras
un tiempo visitando cada rincón del Templo y de la islita, nos volvemos a
montar en nuestra barquita y el barquero nos llevará a la otra orilla
del Lago, dejándonos en un embarcadero que hay en la otra orilla, en donde voy a ser testigo de una imagen
curiosa. Un niño de pocos años que se dirige al colegio con su cartera y su uniforme
empuja una de las barcas, él solo se
monta y va remando hacia la otra parte del lago en dirección a la
escuela. Se demuestra que aquí desde muy pequeños ya se las tienen que
apañar como pueden y en las condiciones en las que se encuentran. Desde
allí empezamos la caminata que nos llevará hasta la Pagoda de la Paz. El
tiempo es magnifico, y aunque vayamos ascendiendo de forma gradual, la caminata se hace agradable a pesar de
que hay que ir subiendo y que es un buen trecho (unos 50 minutos).A
lo largo del camino, y en distinto puntos, podrás observar unas vistas espectaculares de la ciudad de Pokhara, la isla de Barahi y del Lago Phewa con las Montañas al fondo. Nada más llegar a nuestro destino, vemos un enorme mirador, y como ya desde
aquí, hay vigilantes que nos piden que mantengamos silencio. Hacemos caso a sus indicaciones pero a pesar de ello, no podemos
dejar pasar la ocasión de inmortalizar el momento haciendo fotos de forma individual y
al final una del grupo.
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Vistas espectaculares del Lago Phewa, las montañas y de la localidad de Pokhara |
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Foto de grupo en el mirador de la Pagoda de la Paz |
Su Estupa blanca es visible desde las orillas del Lago Phewa, el brillante edificio de color blanco de la Pagoda de la Paz está diseñado para todas las gentes, sus razas y sus credos, siendo un intento para unir en búsqueda de la Paz Mundial. La construyo Nichidatus Fujii, que fue un
monje budista de Japón, y que en gran medida, inspiró este movimiento a
la no violencia después de las primeras bombas atómicas que se lanzaron
en Hiroshima y Nagasaki. El santuario es un mirador que
ofrece unas vistas espectaculares de la cordillera del Annapurna y la
ciudad de Pokhara.
Hay un enorme jardín con numerosas flores y árboles que harán las
delicias de todos, dando una estampa y una imagen hermosa, llegando después a la gran explanada que preside a la gran Estupa blanca.
Para subir a la Estupa blanca nos tenemos que descalzar (es obligatorio), guardando siempre un respetuoso
silencio, miramos y contemplamos maravillados la imponente figura dorada de Buda que preside la Estupa , y volvemos a cumplir con el ritual de dar una ó tres vueltas en
sentido de las agujas del reloj. La brillante estatua de oro representa al Buda en la
postura que supone tenía cuando nació, luego continua con el momento de
la peregrinación y la difusión de sus enseñanzas en la vida, y por
último el momento de su muerte.
LAS DISTINTAS ETAPAS DE BUDA A LO LARGO DE SU VIDA
En la explanada no podemos dejar de
inmortalizar el momento y también visitar la parte de atrás, donde hay
otro gran mirador junto a unos almendros con las montañas al fondo que ofrecen
unas vistas espectaculares.
Continuamos nuestra ruta y descendemos para ir a visitar la Cascada de Devi (Devi’s Fall), para ello descendemos por un estrecho sendero que cruza el frondoso Rani Ban
(conocido como el bosque de la Reina).
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Comunidad Tibetana en Pokhara |
Antes de llegar a estas cascadas, como nos
pilla de camino visitamos una Comunidad Tibetana, en donde vamos a poder
observar como vive esta comunidad, sus gentes, y
sus artesanos, al tenerse que exiliar de su país,el Tíbet, tras la invasión por parte de China. Vemos una gran plaza en cuyo centro hay una columna
rodeada de banderitas de oración de todos los colores, y en los
edificios hay un gran mural con dos fotos del Dalai Lama, una de joven y
rodeado de pequeñas fotos en una época más actual visitando a varios lideres políticos, y otra foto en donde podemos ver una gran figura de un Buda dorado, que tiene a ambos lados oraciones y mantras.
Observamos
a unas hilanderas ya bastantes mayores como hilan la lana de manera artesanal y totalmente tradicional, y como
luego otra va haciendo las alfombras, además de una gran bascula y multitud de
puestos artesanales de los artículos que ellos mismo realizan y que
venden para sacar un dinero. También hay escuelas y otros edificios para
sus reuniones y labores sociales además de las viviendas. Kishor nos explica la situación del pueblo tibetano, que es un poco delicada tras la invasión de su país por
parte de China. Debido a esta invasión muchos tibetanos se exiliaron a Nepal , pero solo los que llegaron
en 1984 tiene un régimen más abierto ya que el resto que ha ido llegando
están en una situación muy precaria ya que no se les reconoce muchos
derechos a la hora de trabajar y a nivel social y de la ciudadanía.
Después de esta visita tan gratificante como cultural, nos dirigimos
a visitar las cataratas Devi’s Fall, vamos paseando por el borde de una carretera
mezclados con el bullicio de la vida nepalí y de sus múltiples comercios, hasta que llegamos a un mercadillo y al fondo vemos el edificio de
entrada a estas cataratas. Pudimos ver estas
impresionantes cataratas donde el agua del Lago Phewa cae en un agujero de una cueva
y desaparece. Además en el recorrido hay Shivalingas con la
pigmentación roja característica de los rituales, y las típicas ofrendas de flores, además
también pudimos observar que dejaban dinero como parte de la ofrenda . La visita es corta apenas hay que ver esas cataratas y alguna figura religiosa y los jardines que la presiden son pequeños,
pero disfrutamos del momento y del ruido que producen al caer con tanto agua y
como desaparecen en una cueva que es considerada sagrada.
CATARATAS DEVI´S FALL EN POKHARA
Ya se va haciendo
tarde y sin darnos cuenta llevamos todo el día visitando esta
maravillosa ciudad y sus alrededores pero todavía nos quedaría una
sorpresa más, ya que para volver a la zona del lago y al Hotel Barahi vamos a montarnos en un autobús local, lo que también se convierte en un grato
recuerdo con la música de fondo, las caras de los nepalís al subir y vernos y el
curioso sistema de recorrido que llevan. Una persona va cantando las
paradas y la ruta y también es la encargada de cobrar y dar cambio
(llevando siempre un gran fajo de billetes). Después de descansar un poco, tenemos la noche libre en Pokhara y
sin dudarlo, nos lanzamos a visitar la avenida principal de la ciudad, donde encontramos un sinfín
de restaurantes de todo tipo que harán las delicias de cualquier.
Tiendas dónde
comprar o alquilar equipamiento de montaña,
tiendas de artesanía,
estudios de tatuajes,
souvenirs, librerías, tiendas de
té, locales d
e
masajes. Aquí, como en casi todo
Nepal también se regatea. Casi todo es muy barato, pero en
Pokhara es un poquito
más caro que en
Kathmandú. Disco-Bar como el
Paradiso o el
Bussy Bee
no se libran de nuestra visita, terminando una noche inolvidable y de recuerdos. A la mañana siguiente, tras desayunar montamos en el autocar que nos llevara hasta el siguiente destino del viaje,
Bandipur.
* Para la elaboración y desarrollo de este artículo se han tenido en cuenta los datos obtenidos a través de wikipedia, y las propias experiencias vividas durante el viaje. (Fotografías e ilustraciones originarias de Pedro García Barbudo).
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